Perla vive con su padre que la adora, con su madre Olga que es muy hostil con ella, pues Perla realmente es hija de un amor frustrado, y con Ramón, su medio hermano, que es un adolescente zángano.

Perla tiene un novio con el que planea casarse, pero muere en circunstancias extrañas. Perla, que en ciertos momentos al tocar a una persona tiene una especie de premonición, presintió la muerte de su novio y vio una imagen extraña que más tarde identifica con un tatuaje de Elmer, el guardaespaldas de don Jerónimo.

Efectivamente, Elmer eliminó al novio de Perla para dejar el camino libre a don Jerónimo que está prendado de la muchacha, al igual que su hijo Enrique, un joven desequilibrado. Elmer amenaza a Perla con matar a Fidel, su padre, si ella no acepta casarse con don Jerónimo.

Gabriel, el héroe de la historia, es un joven de 32 años experto en acústica y muy próspero que vive con su madre Artemisa, una mujer amargada. Gabriel a los 20 años estudiaba en el seminario, el cual, abandonó al conocer a Sonia, una joven muy guapa de la que se enamoró profundamente. Cuando Gabriel tenía 8 años desobedeció a sus padres y fue al parque solo con su hermano Nicolás, cuatro años menor que él, quien desapareció sin dejar rastro. Está será una culpa y una búsqueda incesante de Gabriel en buena parte de la historia.

Actualmente Gabriel es novio de Sandra, una chica de buena familia y buenos sentimientos, pero muy celosa.

Por otro lado está Lety, una mujer de 35 años con 2 hijos: Esteban de 20 años que es bueno y estudioso y Rosaura de 17 años, muy vanidosa y resentida de su nivel económico. Lety tiene un puesto de productos de belleza y es líder de un grupo de vendedores ambulantes.

Sebastián, hermano de don Jerónimo, es el gran villano, un corrupto que maneja a un sinnúmero de ambulantes, además de producir gran parte de los discos y películas piratas. Cuando Sebastián conoce a Lety se enamora de ella obsesivamente.

Otro protagonista es Adolfo, guapo y desenfadado, dueño de antros de moda en la ciudad de México. Adolfo y Gabriel se conocerán por asuntos de trabajo y se harán amigos sin saber que una corriente indestructible los une.

En tanto Perla, aterrada por las amenazas de Elmer, acepta casarse con don Jerónimo ante el estupor de su padre y amigas y la congratulación de su madre y hermano, pues ahora serán ricos.

A Perla no le queda otra que aceptar sus regalos y galanteos. Un día Jerónimo la lleva a la Ciudad de México en su avión privado y le ofrece estudiar idiomas y música, que es lo que más le gusta a ella. En el elevador del hotel donde se hospedan se topa con Gabriel y le vienen premoniciones. Perla le dice que va a encontrar a su hermano. Gabriel se queda pasmado ante esa revelación y la enorme belleza de la chica. Por su parte Gabriel termina con Sandra, la cual se entera ese mismo día de que está en la ruina y su única esperanza era el matrimonio de ella con Gabriel; ante estos dos graves sucesos decide suicidarse, pero no lo logra.

Gabriel en uno de sus recorridos nocturnos para asistir a niños de la calle se reencuentra con Sonia, la joven por la que dejó el seminario. Ella ejerce la prostitución, lo que conmueve a Gabriel quien decide redimirla, resurgiendo en ambos la pasión y el amor.

En el pueblo costero Enrique, el hijo Jerónimo, al enterarse de que su padre se va a casar con Perla, la secuestra a punta de pistola, acción que frustra la policía.

El matrimonio entre Perla y Jerónimo se realiza. La gran fiesta está en su apogeo cuando con engaños llevan Jerónimo a un sitio de la casa donde es asesinado. No se sabe quién lo mató, pero Enrique hace todo para culpar a Fidel, el padre de Perla quien huye a la ciudad de México.

Perla se siente liberada pero al mismo tiempo angustiada por no saber el paradero de su padre. Mientras tanto en la capital Fidel, desesperado, sin un quinto y enfermo es encontrado por Lety, quién al verlo en esas circunstancias decide ayudarlo.

Gabriel decide volver con Sandra, pues teme que intente otra locura. Esto provoca en él un gran conflicto debido a su relación con Sonia. Por otra parte, Rosaura, la hija de Lety, en su afán por salir de la pobreza coquetea a Adolfo en un antro y se le entrega haciéndole creer que ya es mayor de edad, después se vende por cinco mil pesos al socio de Adolfo. Lety descubre el dinero y discute fuertemente con ella. Rosaura le pide asilo a Sebastián, el cual se lo da, ya que así tendrá un vínculo que lo acerque a Lety, su amor obsesivo.

Fidel manda llamar a Perla. Esta y Andrés (amigo leal de Fidel) van a la capital pero no logran encontrarlo y quedan al desamparo de la gran urbe. Después de mucho sufrir, Andrés encuentra trabajo en un restaurante tocando con un grupo jarocho, y es ahí donde casualmente lo encuentra Fidel.

Fidel y Perla se abrazan felices. Ahí comienza la relación entre Perla y Lety, ellas tendrán una gran identificación como madre e hija. Serán las mejores amigas y lo que más las unirá es su mutuo amor por la música.

Perla obtiene capacitación para un empleo como conductora de un convoy del metro, ahí se vuelve a cruzar con Gabriel que está trabajando en un sistema de sonido del mismo. Entablan una buena amistad que con el tiempo se irá convirtiendo en amor. Gracias a Gabriel ella tendrá otro empleo en un nuevo antro de Adolfo, quien quedará flechado de su belleza y frescura.

Mientras que Fidel vivirá ocultándose, Lety luchará por salvar a Rosaura de las garras de Sebastián con la ayuda de un enamorado de su hija.

Por otra parte, los conflictos de Gabriel serán cada vez más complicados en cuanto a Sandra, Sonia y Perla, amén de ser rival de amores con su hermano y lidiar con el padrote de Sonia. En tanto que Esteban, hijo de Lety está perdidamente enamorado de Perla, a quien Olga y Ramón le harán la vida imposible.

¿Cómo ayudará Gabriel a Perla? ¿Cómo se resolverá el triángulo entre él y Adolfo? ¿Qué hará Sebastián para poseer a Lety?

Estas son algunas de las muchas interrogantes que serán resueltas en el transcurso de la trama, cuya protagonista es Perla: un personaje dinámico, que evoluciona, que sufre pero no se deja vencer, y lo más importante, un personaje que triunfa por méritos propios.